Gabilondo, ministro de Educación, apunta maneras de cocinero social actualizado. Postura inteligente, porque la Educación se va pareciendo cada vez más a los platos cocinados por los deconstructivos chefs de la agonizante abundancia. Como puede verse en la foto, tomada en un restaurante toledano a finales de 2007 -la carta decía nada más y nada menos que "cochinillo asado"-, la comida de los tiempos del derroche y de las tallas “s” se ha parecido mucho a una filmina proyectada en tu plato desde el techo del comedor.Y la Educación, más que implantarla en los centros escolares, se proyecta en el imaginario colectivo de la sociedad, dispuesta a aceptar como enseñanza lo que sólo son imágenes imprecisas del conocimiento, con tal de que desaparezcan, al menos durante el día, los jóvenes de las calles. Por eso, y por ahorrar dinero, Gabilondo cocina ahora el que los chicos estén hasta los 18 años en la escuela. Es lo normal en tiempos sin guerras: el servicio militar voluntario y el bachillerato, obligatorio. Lo que se proyecta en los muros de las aulas es como las recetas de El Bulli: virtual y colorista, luego vendrá el verdadero aprendizaje; a partir de los 19 años se terminaron las vacaciones vigiladas y las líneas de colores en el plato.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Diapositivas en el plato
Gabilondo, ministro de Educación, apunta maneras de cocinero social actualizado. Postura inteligente, porque la Educación se va pareciendo cada vez más a los platos cocinados por los deconstructivos chefs de la agonizante abundancia. Como puede verse en la foto, tomada en un restaurante toledano a finales de 2007 -la carta decía nada más y nada menos que "cochinillo asado"-, la comida de los tiempos del derroche y de las tallas “s” se ha parecido mucho a una filmina proyectada en tu plato desde el techo del comedor.Y la Educación, más que implantarla en los centros escolares, se proyecta en el imaginario colectivo de la sociedad, dispuesta a aceptar como enseñanza lo que sólo son imágenes imprecisas del conocimiento, con tal de que desaparezcan, al menos durante el día, los jóvenes de las calles. Por eso, y por ahorrar dinero, Gabilondo cocina ahora el que los chicos estén hasta los 18 años en la escuela. Es lo normal en tiempos sin guerras: el servicio militar voluntario y el bachillerato, obligatorio. Lo que se proyecta en los muros de las aulas es como las recetas de El Bulli: virtual y colorista, luego vendrá el verdadero aprendizaje; a partir de los 19 años se terminaron las vacaciones vigiladas y las líneas de colores en el plato.
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Magnífico el artículo pero curioso que hayan "colado", como comentario de la entrada, publicidad de una página de venta de calzado. Una tienda virtual de botas que aprovecha una reflexión sobre la "virtualidad" de la educación para hacerse publicidad e intentar "ponerse las botas"
ResponderEliminar¡Signo de los tiempos!
Un sobrino mío, amiga Manzanares Ruiz,diseñador de la edición digital de una revista del corazón, y que sabe de estas cosas,lo primero que me dijo cuando se enteró de que me había abierto un blog fue que con articulillos de opinión no se ganaba nada. Que los anunciantes preferían hacerse publicidad en "Todo -o sólo- Moto". Le voy a informar de que el ramo productivo del calzado, sección botas, se está forrando con lo mío. Otro brote verde.
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