miércoles, 25 de noviembre de 2009

En esta aldea ha estado prohibida la tristeza




Hasta hace muy poco en esta aldea estaba prohibida la tristeza. DISFRUTAR ha sido una de las palabras más usadas en los quince últimos años. El 2 de abril de 2005, desde la plaza de San Pedro, un corresponsal, anuncia feliz que Juan Pablo II se está muriendo muy bien. "Estamos disfrutando como nunca de ver cómo se muere este Papa". Unos días antes, el 25 de marzo, el mismo periodista había retransmitido en Sevilla las procesiones de la Semana Santa para el Canal autonómico y también  había disfrutado al paso de  las imágenes de un personaje con evidentes señales de malos tratos en su cuerpo, que agoniza sin cuidados paliativos. Un obispo, a la salida del pregón de Semana Santa, declara a los periodistas que ha disfrutado muchísimo con la narración descarnada del dolor de un ajusticiado. El pregonero también confesó que disfrutaba bastante con el espectáculo. En las tertulias cofrades se desborda el gozo.
En el interesante simulacro de abundancia que hemos vivido hasta hace poco en los países del primer mundo, un brujo español guay ganaba las elecciones generales predicando la alegría de vivir. Frente a su exitosa retórica de la alegría, sus adversarios políticos, voceros de la catástrofe, anunciaban la inminencia del fin de los Tiempos y, durante cuatro años, propagaban obscenas sospechas sobre la autoría de la matanza de 191 personas, el 11 de marzo de 2004 en Madrid . Pero perdían las elecciones.
La religión del sufrimiento,de  la negación y de la CULPA; la educación del esfuerzo personal y el mérito, el soneto amoroso y el cocido son cosas de las épocas de escasez.  Y los políticos quejumbrosos, que anunciaban que ‘de seguir así, no sabían dónde iríamos a parar’, los obispos apocalípticos de la condenación eterna, y los teóricos aznaristas de la fundación FAES, han chocado con la piedra de la felicidad sostenible. Ellos, incapaces de cambiar el mundo, se dedicaron a llorar sobre él. Hoy mismo, en la Web de la Fundación, el titular más vistoso dice así: “Diagnóstico erróneo, tratamiento equivocado, recesión profunda” .  Algo de razón deben de tener ahora, porque TVE pone por las tardes una telenovela que sólo habla de la CULPA. Y ya se sabe (Obama ha mandado observadores),  en la televisión pública española, neutrales los telediarios, la propaganda se refugia en Amar en tiempos revueltos.

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