Mouriño desde todos los ángulos
EL sábado pasado, por la noche, millones de personas pudieron ver a un hombre descender solo a los infiernos de los vestuarios, en la Coruña, tras el fracaso de su equipo. Lo captó un cámara colocado en lo alto del túnel: desde ese ángulo los héroes del partido no lo parecen y los derrotados resultan patéticos. Muchos de los que vieron la escena disfrutaron con el dolor ajeno, otros, se dejaron ganar por la empatía hacia el héroe en apuros, y no faltó quien experimentó una cierta conmiseración, ese placentero sentimiento de piedad altanera que nos invade ante las desgracias del prójimo. La figura del hombre del pelo gris y la bufanda y el abrigo a juego, cada vez más pequeña, conforme bajaba las escaleras, se asemejaba a la de un muñeco de guiñol abandonado a su suerte por un titiritero al que ya no le importara que la marioneta tropezara y cayera. Este personaje no podrá negar que ha dispuesto del mejor guion, del mejor productor, de los actores de más alto caché para triunfar, pero los hechos no siempre se ciñen a un guion, por muy bien escrito que esté. En las películas, sí lo hacen. A la misma hora daban en otra cadena, Hechizo de Luna, con Cher y Nicolas Cage de protagonistas. Terminó un cuarto de hora después del partido del Depor contra el Madrid. Los que siguieron el encuentro, se perdieron el caos que la luna provoca en una familia italiana. No pudieron ver al abuelo que, en plena noche, saca a sus perros a pasear y sorprende a su nuera flirteando con un desconocido ni al jefe de la familia que asiste con su amante a la ópera, donde es sorprendido por su hija a la que acompaña y corteja el hermano del hombre con el que se va a casar. La luna los ha vuelto locos a todos.
Eso no lo sabrá el espectador del partido de fútbol trastornado por el caos que poco a poco se adueña del Real Madrid y de Mouriño, porque para cuando cambie de canal, tendrá ya a todos los personajes de la película sentados a la mesa del desayuno, preparados para la escena final en la que la madre proclamará ante toda la familia que ama a su marido infiel y él, emocionado le confesará: "Anch'io, ti amo". Cher corta con su novio y se promete al hermano, Nicholas Cage y, en ese momento, nadie dudará de que el mundo está bien hecho. Porque se puede fracasar en la vida o en los campos de fútbol, pero no hay por qué fracasar en la vida que nos inventamos al redactar nuestras memorias o cuando un buen guionista ordena el caos de otras vidas en una buena comedia romántica.
La verdad es que a mi los héroes siempre me han dicho poco, si acaso he sentido empatía por lo que esconde su heroismo y algo de conmiseración por su tarea ingente.
ResponderEliminarMe parece a mi que las antiguas beatas, reinas de la conmiseración, saben algo más de fútbol que yo.
Gracias y saludos.
Traisidependiente, a mí Ivanhoe me ponía bastante, bueno, como hace tantos años que vi esa película en el Imperial Cinema de Loja, ya no sé si era Ivanhoe el que me ponía o la Liz Taylor que hacía de judía. Por la orientación sexual que después tomó mi vida, me inclino más por que fuera Liz, aunque como luego estudie arte griego,y empecé a entender de hombres, tampoco puedo asegurar a ciencia cierta que no fuera su compañero de reparto, Robert Taylor, el que en algún momento me hizo soñar. Al fin y al cabo, ambos se apellidaban Taylor. Un saludo. Gracias.
ResponderEliminarEn eso, precisamente, me encuentro a ratos meditando en estos días, después de andar ocupada leyendo varios libros de autores masculinos, que tantean mas o menos levemente el "arte griego".
ResponderEliminarSiempre me ha hecho mucha gracia oír a un especialista en arte antiguo proclamar, como asqueado,cuando su mujer dice que uno de los toreros Rivera, que también hace de modelo, es muy guapo, que él no entiende de hombres. Y me pregunto, y ¿cómo no lo echan de la cátedra? ¿Cómo puede un administrador del canon estético clásico no saber cuándo un hombre es feo o cuando es guapo? Gracias, amiga. Saludos.
ResponderEliminarEn mi internado éramos todos del Atleti, se acababa de introducir el fútbol en España, luego el éxito del R.Madrid en Europa y ahora la forma casi perfecta de jugar el Barcelona, atraen a los niños hacia este último club y facilitan las deserciones, pero algunos seguimos alegrándonos cuando el A.C. de Bilbao hace un buen partido y gritamos sin restricciones mentales: "Aupa Atleti!!"
ResponderEliminarEs que el Atleti es mucho Atleti!!! Saludos.
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