miércoles, 16 de marzo de 2011
Los medios en el diván
El servicio de música digital Spotify ha visto cómo ha aumentado en los últimos días espectacularmente el número de subscriptores de su opción de pago Premium, sin anuncios. Por 9€ al mes, puedes oír la música que quieras durante todo el día, sin noticias ni estridencias. Porque resulta insoportable que los que trabajan en los medios de comunicación los estén usando como diván de sus miedos y zozobras por la catátrofe nuclear de Japón. Los patronos tendrían que descontarles de sus sueldos las horas de sicólogo que se están ahorrando. Parecen sonados, hay incluso tertulianos que esta mañana están explicando lo que es un terremoto, por si alguien no se ha enterado.
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Pues si, lo de los tertulianos expertosentodo y los anuncios es ya insoportable, sólo quedan libres de pecado Radio María, como no podía ser menos, y RNE. Yo escucho la primera cuando voy por carreteras en el medio de la nada radiofónica, como la autovía hacia Almería a la altura del desierto de Tabernas; Allí, la emisora de dios se oye nítidamente, claro, su red satelital tiene enchufe. De todas formas, para historias interesantes, las de los pequeños comercios de barrio. Ayer mismo, en la frutería del mio, mientras hacía cola, una vecina de 82 años me contaba que quería ir a lo del Juan Imedio a ver si le salía un novio rico, preferiblemente un moro petrodolar, que así podría montarse en un burro doblao de esos (mientras soltaba tamaña obra de arte metafórica, ondulaba las manos semejando las jorobas de un dromedario...o de un camello, nunca se bien cuál tiene una y cuál dos). Así que la animé y le dije que escribiera ya al programa para participar, pero me dijo que no, que todavía no podía, que su marido estaba aún vivo y que siempre había sido muy bueno con ella, aunque su problema es que le gustaban mucho las putas; esta última palabra me la susurró, no así el resto de la conversación, que siguió tal que así: se sacó una foto de la cartera donde se la veía a ella de joven y me dijo "mira que irse a comer estiercol fuera teniendo en casa esto, y eso que yo nunca le dije que no a ná, ni por delante ni por detrás (esto me lo ratificó con gestos, como lo del camello, por si no me había quedado claro a qué se refería exactamente)". Luego me tocó el turno y compré media docena de alcachofas, unas collejas pa hacer tortilla y patatas de freir. No quise aprovisionarme de todo para tener una excusa con la que volver pronto. Y es que las mejores tertulias las tenemos en la puerta de casa, sólo hay que apagar la radio y salir para oirlas.
ResponderEliminarUna experta, Corlone: has dado con una experta. Muñidora de imágnes pintorescas enraizadas en el mundo campesino y conocedora de la anatomía humana. Yo todavía no conozco todas las vías de acceso a las criaturas del Señor, y eso que oigo, como tú sabes, Radio María con devoción. Que Berceo, en sus Milagros nos cuenta cómo la Gloriosa salva a pecadores de mi perfil, en el último momento, sólo porque le han sido devotos. Una abrazo sincero y sin pretensiones de profundizar en los abismos del cuerpo. Superficial en lo anatómico, abismal en lo espiritual,amigo.
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