En las familias, los miembros tienen una hucha de barro dónde han ido guardando los agravios y el rencor, mientras que el recuerdo de los buenos momentos se disipa, las alcancías del odio siempre terminan por abrirse o romperse para que los fantasmas liberados oculten las causas del inevitable fracaso.
(Esto terminará como haikú, o como haikú y medio, en cuanto lo lleve a mi taller de poesía y lo trabajemos con la peña unas sesiones). Como aforismo de limpia sabiduría también puede funcionar.
Se nos olvida que no la escogemos. Nos nacen y...
ResponderEliminarSoy Susana, Pablo.
ResponderEliminarBueno, no sé yo, esto sobrepasa un haikú; yo creo que te da para un soneto o una décima espinela. Ya que te va a ayudar la peña, puedes empeñarte en el soneto.
ResponderEliminarSusana, y muchas veces dan sensación de acompañamiento de calidad.
ResponderEliminarMaría Victoria, para una vez que rompe uno a pensar, no se le toma en serio. Me quedaré en el aforismo de limpia sabiduría o en el rap, el soneto cansa mucho. Besos a las dos, amigas mías.