Paje de corte
Ayer estuve despierto hasta muy tarde esperando el último y definitivo desmentido sobre las fabulaciones del pequeño Nicolás. Sólo faltaba que la madre del zangolotino desmintiese que el pequeño Nicolás era hijo suyo. Pero no se produjo. Todas las demás instituciones, salvo la familia, se apresuraron a distanciarse de este joven emprendedor al que hasta hace muy poco habían permitido que se aproximara a ellas y que las sobara. Sólo la soledad de los políticos y el abandono en que los ha dejado la gente pueden explicar este notable caso de proximidad institucional. Llega un chiquillo listo, limpio y charlatán, les dice a todos lo que quieren oír y les promete que cumplirá sus más secretos deseos, en momentos de escasez de halagos jabonosos y de apoyos, y caen como moscas en la tira de miel. ¿Cómo estaremos para que el pequeño Nicolás tenga la más mínima credibilidad? La salida en masa a desmentir las declaraciones de este niño cirribuye por parte de las instituciones es un síntoma de que aquí ya nadie cree a nadie. La entrevista en Telecinco a Nicolás y los desmentidos de ayer, han dado un respiro a todos ellas. Los curas que se habían montado un presunto harén en Pinos Genil y el revuelo de Nicolás, han conseguido desviar los focos de la atención pública de lo que cada día es más evidente: que la nave va absolutamente a la deriva, mientras que el timonel sonado se abraza a la bolsa de oro que robó para que no se la arrebaten.Esta columna la puede oír en La Voz de Granada, si pincha aquí
Al final todos convencidos de que estamos en manos de INSENSATOS = fatuos (tontos que se creen listos) con poder...
ResponderEliminarEstamos perdidos !
Asustados nos tienen. Abrazos, Mark de Zabaleta
ResponderEliminar¡Fantático! jajaja...
ResponderEliminar¿Y si quieren montar un circo para desviarnos del teatro de las gestiones que nos importan? Es todo tan surrealista...
Y lo bien que lo dice usted. Creo que el arzobispo ese tiene un pasado algo tenebroso...tenía yo unos recortes de prensa.... y esa cara... no parece de la curia ¿verdad? bueno no sé...jajaja....
Saludos.
Creo que la nave va a la deriva desde antes que naciera mi abuela y yo, desde luego, no veo la bolsa del oro por ninguna parte. Se ve que ella no supo echarle el guante.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Trasindependiente, no habrá bolsa pero el final me ha quedado épico.
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