Mujer fatal
"En Occidente moderno la chica intentará brillar por su belleza y sex-appeal, corriendo el riesgo de que la muelan a palos, la violen y la asesinen. El chico procurará brillar por su audacia y su dureza, corriendo el riesgo de que lo metan en chirona o lo maten. En el horizonte, dos paradigmas: la puta y el matón. (De pasada, merece la pena que recordemos que en los demás primates no hay ni prostitución ni delincuencia.)
Las prostitutas suelen fardar, y es normal. Los matones también fardan, y es normal. Ambos han tenido que endurecerse para sobrevivir y no pueden permitirse mostrarse vulnerables. Eso no impide que si rascamos la superficie, el niño esté ahí. Debajo de la puta está la niña, y debajo del matón está el niño, asustados, aterrorizados, furiosos, acorralados, llenos de necesidades y con una salvaje carencia de amor. Aunque en un principio la chica y el chico simplemente buscaban (como todos nosotros) alejarse de la mediocridad, ser admirables y un poco heroicos —en una palabra, existir—, ahora se han quedado atrapados en un círculo vicioso, porque si realmente llegan a ser puta y matón, sufrirán todavía más y tendrán que endurecerse todavía más. El filósofo y antropólogo François Flahault escribe: Las conductas excesivas constituyen una demostración de fuerza, es decir, de valor y de superación para los que las ejercen. Pero acarrean efectos destructivos y autodestructivos considerables".
Nancy Huston, Reflejos en el ojo de un hombre (2013)
Nancy Huston, Reflejos en el ojo de un hombre (2013)
Ciertamente es una manera de verlo....
ResponderEliminarSaludos
Sí, Mark de Zabaleta, es otra manera de verlo... discutible, pero interesante. Un abrazo. Gracias.
ResponderEliminar