Un soneto es como el puchero, en las familias campesinas. Tú pones la olla, que hierva el agua; va a estar hirviendo todo el día hasta por la noche que es cuando vuelven los hombres del campo y hacen su comida fuerte. Luego, a lo largo del día vas echando lo que pillas y dejas que hierva lentamente: una patata, una pata de pollo, un trozo de carne de marrano, un hueso de jamón, una habicholillas verdes. Y venga de hervir. Unos garbanzos, un trozo de calabaza, un puñaillo de arroz. Y venga de hervir... Y al atardecer, lo tienes: "En tanto que de rosa y azucena, se muestra la color en vuestro gesto...", un banquete. El rap es más comida basura. Tanto el soneto como el puchero son guisos para épocas de escasez.
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