miércoles, 1 de febrero de 2012

El privilegio de robar


Los republicanos tenaces se dedican constantemente a detectar  vulnerabilidades en la Corona, como si la Monarquía fuese la versión beta del Windows 8. El día que encuentren el parche que neutralice los  códigos malicioso de la Casa Real, a lo peor dan por buena esa institución y nos piden que nos la instalemos, irreversiblemente, en el sistema operativo constitucional. Por mi parte, aunque se demuestre que Undargarín es inocente, seguiré siendo republicano. Y pese a que el  teólogo Ratzinger  me asegure que va a dejar de programar y poner en circulación malware espiritual,  infectado de virulentos temores y desesperanzas, para infiltrarse en las conciencias y secuestrarlas, no pienso desinstalarme el potente firewall,  con el que desactivo sus infalibles spywares. Papado y Corona no son instituciones democráticas, aunque den algún papa inocuo, como Juan Pablo I,  y príncipes sin mácula, como lo puede ser Felipe de Borbón, al que le gusta hacerse pasar por un chico corriente de clase media. Hay quien se lo cree: un periódico titulaba en 1987, “El Príncipe volará sin privilegios”, al dar la noticia del primer vuelo de instrucción de don Felipe en la Academia de San Javier, en Murcia. Las leyes de la física de entonces permitieron que el Príncipe se dejase los privilegios en la taquilla del dormitorio. Y es fama que don Felipe pudo volar, como cualquier ser humano, con turbulencias, con miedo, en vuelo rasante, en vuelo picado, acrobáticamente e, incluso, sin privilegios. Lo que no hubiera podido hacer de ninguna manera, ni él ni nadie, es volar sin alas. De la misma manera que los Príncipes, hoy en día, se pueden besar de diversas maneras, como cualquier pareja de enamorados, pero si lo hacen en público, jamás lo harán “con total naturalidad”. Seguirán un protocolo publicitario sin pasión ni arrebato, porque los herederos cuando se besan en un concierto de Shakira, nunca besan de verdad. Lo hacen para reforzar el blindaje del empleo del que graciosamente disfrutan. Aceptemos que para volar, volar, si lo que se quiere es volar, quizá haya que atenerse a las leyes de la física y, también, no despegar del aeropuerto de Castellón, pero para robar, robar, si lo que se quiere es robar, viene siendo más fácil hacerlo con privilegios. Por eso se investiga ahora cómo han manejado los dineros públicos algunos privilegiados. Los ciudadanos deberíamos negarles el voto a los corruptos, pero ¿quién se atreve a lanzar la primera piedra? No seré yo, que me paro en las rotondas  a comprar sacos de cinco kilos de naranjas del Valle de Lecrín, y no pago el IVA. 

2 comentarios:

  1. IVA que te han de robar
    mejor deja de pagar!

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  2. Ana María, seguro que conoces lo que dice Pedro Antonio de Alarcón en su libro sobre las Alpujarras de las naranjas del Valle de Lecrín, merece la pena repasarlo, las compara con huríes de harén, ¡lo que tienen los hombres con los harenes! Ahora hasta los harenes tienen que hacer declaración de la renta y pagar el IVA. Un beso.

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