Ángel exterminador
El Estado de Israel existe, en parte, gracias a las víctimas del Holocausto y al sentimiento de culpa que invadió a la humanidad por no haber podido o sabido o querido evitarlo, y también por la utilización milenaria de la Biblia como escritura de propiedad de la "tierra prometida". En esto, el comportamiento del llamado 'pueblo judío' -con el que creo compartir un átimo de sangre-, no se diferencia mucho del comportamiento que venimos observando desde hace cientos de miles de años en los miembros de nuestra especie que, real o simbólicamente, se nutren de los muertos (en España sabemos mucho de eso). Las víctimas del Holocausto, en una adaptación judía de la Eucaristía, son, como Cristo -que murió por nuestros pecados-, corderos sacrificiales y manjar que da la vida y justifica para siempre todas las atrocidades que el estado de Israel pueda cometer.
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