miércoles, 20 de septiembre de 2023

Sostrazo al papa



Escrivá de Balaguer y la Virgen

Mi amigo Pánfilo me escribe muy cabreado porque teme que sus pequeñas ocurrencias volterianas palidezcan ante el irreverente libelo –el ‘sostrazo, diríamos- lanzado contra el papa Francisco por un columnista de ABC. Los dardos del articulista son de grueso calibre y de efectos teológicos imprevisibles. Porque, con una audacia blasfema y sin reparar en que sus opiniones comprometían gravemente al Espíritu Santo (que no dejará pasar sin castigo su pecado de soberbia, su hybris) afirmó que eactual papa no cree en Dios pero sí en las colectas de los fielesNo habrá leído al filósofo Noah Harari -le señalo doctoral a Pánfilo-, el cual afirma que los gurús de cualquier creencia o religiónaun dudando de su fe en ocasiones, con el paso del tiempo y el ejercicio de su ministerio, terminan creyendo en lo que les proporciona el sustento. Es su comer. Pero la cosa no para ahí -denuncia Pánfilo-, el plumilla escribió que Francisco, el montonero, es sordo a la gracia y no entiende el misterioY que, a loPoncio Pilatos, si Jesucristo volviera, dejaría que la turba lo linchara, lavándose las manos. Como Pánfilo se muere por escandalizar, se teme que el texto que le iba a publicar en su blog Paolo Collejo sobre el enfrentamiento entre el papado y el Opus suene a pellizco de monja o puya de sacristánSostenía Pánfilo en su escrito, audazmente, que el que los jesuitas se lleven mal con sus hermanos en Cristo del Opus se debe a su lucha por el elitazgo: que la soberbia y las pugnas por el poder andan también entre los pucheros de la piedad. Leo el susodicho artículo y entiendo por qué no ha gustado al Opusen la tierra, ni a su fundador, en los cielos. Jamás el Opus diría las cosas de forma tan insolente y ordinariaporque esta congregación aprendió de San Josemaría suavidades y melismas de vaselina con los que fulminar al adversario. El articulista en su defensa del Opus me recuerda un poco a los caballeros andantes que alancean a malandrines y follones machistas en defensa de las damas, con la esperanza de echarse novia, de obtener cuidados gratis para su vejez o de ganarse el voto de las mujeres. No te rayes, Pánfilo –le digo-, porque jamás podrás superar lo que sugiere en su columna este creyente impío, metido a Paladín de la Obra: que el día en que los cardenales eligieron papa a Francisco, inspirados por el Espíritu Santo, a la tercera persona de la Santísima Trinidad se le había ido la pinza.

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