El recién dimitido Rubiales, un Don Giovanni tosco y abusón, usó aquello que más revuelo podía armar para indicar que el éxito de las mujeres era algo inferior, concesión del fútbol macho, una película futbolística de la serie B, y que él, con las 'niñas', actrices de reparto, podía hacer lo que le saliera del palco. Besar a una lesbiana, sin pararse a pensar que a ella ese contacto corporal no consentido, tan emblemático, podría disgustarle, y agitarse el mondongo delante de la hija de Letizia. Creo que la 'visibilizacion' mundial de este individuo ha sido muy perjudicial para el fútbol femenino español, pero interesantísima para conocer, no solo el estado del machismo en España, sino cómo ha sido, y sigue siendo, el funcionamiento de algunas instituciones estatales, habitadas por caraduras, prepotentes, abusadores y ladrones de pasamontañas blanco. Ahora nos enredaremos en bagatelas de confesionario: "¿hasta dónde la tocó, disfrutó ella, se ejerció fuerza bastante sobre la futbolista, se defendió indubitablemente de la agresión?"; y los de la ley de "solo sí es sí" (funesta por lo mal concebida técnicamente) querrán meter a este sujeto en alguno de sus artículos para justificar su impericia, y nos perderemos en disquisiciones sobre matices y particularidades propias de un manual para confesores. El delito cometido por este sujeto, patriota solo de boquilla, ha sido el de traición a su patria, a la que ha humillado mundialmente, firmando su estúpida soberbia sobre el cuerpo de una mujer. Ya debería de haber un artículo en el código penal que castigase estos comportamientos.
domingo, 10 de septiembre de 2023
El disoluto castigado
El recién dimitido Rubiales, un Don Giovanni tosco y abusón, usó aquello que más revuelo podía armar para indicar que el éxito de las mujeres era algo inferior, concesión del fútbol macho, una película futbolística de la serie B, y que él, con las 'niñas', actrices de reparto, podía hacer lo que le saliera del palco. Besar a una lesbiana, sin pararse a pensar que a ella ese contacto corporal no consentido, tan emblemático, podría disgustarle, y agitarse el mondongo delante de la hija de Letizia. Creo que la 'visibilizacion' mundial de este individuo ha sido muy perjudicial para el fútbol femenino español, pero interesantísima para conocer, no solo el estado del machismo en España, sino cómo ha sido, y sigue siendo, el funcionamiento de algunas instituciones estatales, habitadas por caraduras, prepotentes, abusadores y ladrones de pasamontañas blanco. Ahora nos enredaremos en bagatelas de confesionario: "¿hasta dónde la tocó, disfrutó ella, se ejerció fuerza bastante sobre la futbolista, se defendió indubitablemente de la agresión?"; y los de la ley de "solo sí es sí" (funesta por lo mal concebida técnicamente) querrán meter a este sujeto en alguno de sus artículos para justificar su impericia, y nos perderemos en disquisiciones sobre matices y particularidades propias de un manual para confesores. El delito cometido por este sujeto, patriota solo de boquilla, ha sido el de traición a su patria, a la que ha humillado mundialmente, firmando su estúpida soberbia sobre el cuerpo de una mujer. Ya debería de haber un artículo en el código penal que castigase estos comportamientos.
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