Hoy no es el día de mi santo. Hoy es el día de dos santos, San Pedro y San Pablo. Pertenezco a una familia numerosa; cuando nací, el quinto de 9 hermanos, ya no quedaban nombres para mí. Mi padre buscó en el Año Cristiano el santo del día de mi nacimiento y resultó ser San Pablo de la Cruz, santo italiano del XVIII, fundador de los Pasionistas y excelente jinete al que, con la ayuda del Señor, jamás tiró ningún caballo en el camino de Damasco, entre otras razones porque nunca salió de Italia. Estábamos mi santo y yo tan contentos, cuando, sin previo aviso, la curia refrescó el calendario, y nos mandaron a otro mes y a otro día. Con lo que todos los piadosos seguidores de mi santo, cuando cliqueaban el 28 de abril, para rezarle o pedirle favores, recibían este mensaje: "este santo ya no se encuentra en este link, siga buscando". San Pablo de la Cruz dio un portazo y se marchó del Cielo y yo me di de baja en el catolicismo, sin apostasías ni escándalos, con la misma sencillez con que dejé de pagar las cuotas de CCOO: que siempre se me ha dado muy mal el teatro. Si aún así, queréis hacerme un regalo, proponed a vuestros amigos que sigan mi blog. Ahora bien, prevenidles de dónde se meten. Y aseguradles que nunca borro a nadie, una vez aceptado; y que sopoto las críticas lo mejor que puedo. Y no se os olvide de informarles de que cada cierto tiempo practico la autocrítica. Gracias.
miércoles, 29 de junio de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy bien...
ResponderEliminarLamento profundamente la faena que te gastó la curia degradando tu santo y echándolo al olvido, consuélate pensando en el pobre Uriel, que no sólo se olvidó la Biblia de él, sino que ni lo metieron en la cooperativa de arcángeles que hicieron a efectos de santoral. Un abrazo Bartolomé
ResponderEliminar