Mejide, examina a Monedero
AHORA se puede ser intelectual de nuevo, tan sólo con que Risto Mejide te siente en su rincón de pensar. Esta actividad ha estado últimamente bastante desprestigiada. El siglo XX demostró que la cultura, la sabiduría, el conocimiento, no todo el mundo lo usa bien. El país más culto del mundo, Alemania, ha sido de siempre patria de filósofos, científicos e intelectuales de prestigio, que no pudieron o no supieron o no quisieron evitar que la idea de eliminar a judíos, gitanos, polacos, comunistas, enfermos… germinara en la cabeza de unos salvajes y, lo que es peor, que esa idea tomara cuerpo en un proyecto asesino que se llamó 'La solución final' que se puso en práctica con notable éxito. Después de Auschwitz ha sido difícil presumir de intelectual o escribir poemas o diseñar planes de mejora de la Humanidad, sin que recayera sobre la cabeza de los intelectuales la sospecha de que lo hacían en su beneficio y en contra de los demás. La Cultura -y los intelectuales, desde la Ilustración, son los sacerdotes de esa nueva creencia- se han convertido en un bien más, del que se presume, que se exhibe, como un buen coche, un diamante, un yate o el cadáver de un elefante recién abatido. Ciertos "movimientos de liberación", también con un armario lleno de cadáveres, han concedido, de siempre, una gran importancia a la Cultura y a sus creadores y predicadores. "Ser culto para ser libre", era su lema. Aunque en España, ahora que tenemos a miles de licenciados sin trabajo, hemos comprendido que puedes ser una lumbrera cultural y, al mismo tiempo, un esclavo, laboral. El título de "Intelectual", prestigioso o desprestigiado, no se da en ninguna universidad ni lo conceden los jesuitas ni la FAES de Aznar. El título lo concede la gente, que es la que empieza a decir, cuando se topan con uno de ellos "por ahí va un intelectual". En las redes sociales ser intelectual no es un mérito. Si te dedicas a colgar en tu blog o en tu muro de facebook tu tesis doctoral, por entregas o reseñas elogiosas de tus libros o tus artículos de periódico y luego desapareces y no interactúas con los amigos, no te comes una rosca. Y esto molesta a los intelectuales a la antigua que llegan a afirmar, como ha hecho hace poco, Umberto Eco que "el drama de Internet es que ha aprobado al tonto del pueblo como el portador de la verdad". Pero ahora, de nuevo, puedes ser intelectual, sin necesidad de que te lo reconozca nadie -quizá tu madre o, en el peor de los casos, sólo, tú mismo- , porque hay en España un hombre que lo hace todo, como canta el grupo Astrud, y se llama Risto Mejide. Si tienes la suerte de que te invite a su programa, Al rincón de pensar, sales ungido intelectual para los restos. Ahí está Monedero.
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Excelente reflexión....
ResponderEliminarSaludos
Excelente, para mí, Mark de Zabaleta, el que dediques de vez en cuando tu tiempo para leer mis reflexiones. Un abrazo. Gracias.
EliminarLos dos eructan...aunque nos quieran vender que suspiran.
ResponderEliminarMe encantan sus reflexiones...las de usted, claro.
Gracias, Marián. Y a mí, tu aprobación de mis entradas. Un saludo cordial.
EliminarEs bueno que recuerdes a Adorno (Theodor W.) y su profecía en estos momentos en que si buscas en guguel "adorno" o "estética" salen todo tipo de adornos antes que unas posibles referencias filosóficas.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Amigo Independiente Trashumante, es que la intelectualidad está mal vista. Aunque se lo haya ganado a pulso.Un saludo cordial y muchas gracias.
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