El estar muy juntos...
No veo en los periódicos de hoy que el juez haya preguntado nada a la Infanta Cristina sobre el amor que siente por su esposo -que es lo que justificaría su abandono en manos de Urdangarín- ni de sus señales. ¡Menudo descuido!, cuando desde hace muchos siglos los tratadistas vienen elaborando un minucioso catálogo de las señales del amor. Aquí mismo, en la Edad Media, el poeta árabe Ibn Hazm (994-1063) en su precioso libro "El collar de la paloma" enumera alguna. ¿Qué menos que el magistrado se hubiera interesado por si en la Infanta se han dado algunos de estos indicio del amor listados por el poeta cordobés?: "la animación excesiva y desmesurada; el estar muy juntos donde hay mucho espacio; el forcejear por cualquier cosa que haya cogido uno de los dos; el hacerse frecuentes guiños furtivos; la tendencia a apretarse el uno contra el otro; el cogerse intencionadamente la mano mientras hablan; el acariciarse los miembros visibles, donde sea hacedero, y el beber lo que quedó en el vaso del amado, escogiendo el lugar mismo donde posó sus labios […. ]". Y más raro que sus abogados, que esgrimen la locura de amor como eximente, no se hayan interesado tampoco por estas señales. Me parece a mí que esos letrados tiene más fama que profesionalidad.domingo, 9 de febrero de 2014
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Nunca le hice el amor a una infanta y no por ello pareciome que mi catálogo de conquistas anduviera cojo. Témome que sus estremecimientos de amor anduvieren más cerca del escalofrío de la corruptela que de la vibración ante la enhiesta llama.
ResponderEliminarFdo.: Don Juan.
Gracias y saludos.
Lo que nos hemos perdido, trasindependiente, creo que cuando l@s infant@s se corren la guardia real toca la Marcha de Infantes, esa que dice "ya viene el pájaro, ya viene el pájaro..."
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