martes, 26 de marzo de 2013

Ursus y las Comendadoras de Santiago

Se necesitan más leones


Alguien, supuestamente anarquista, ha escrito en las tapias de Las Comendadoras de Santiago un deseo imposible: “Cristianos a los leones”. Por lo menos en España donde la población se declara, mayoritariamente, cristiana. ¿Habrá pensado el redactor de la pintada cuántos leones harían falta para acabar con todos los cristianos españoles? E incluso, si su deseo se reduce a que los leones se empleen sólo con los cristianos granadinos, ¿cuántos leones se necesitarían para este menester? Seamos condescendientes y pensemos que sólo pretendía el pintor callejero que los leones acabasen con los vecinos de la calle Santiago, ¿cuántos circos tendrían que prescindir de su número selvático más impactante y dedicar los leones que salen en él a comerse a los vecinos de esa calle del Realejo? Pero si el inflamado visionario ha pensado que los leones se coman sólo a las monjas Comendadoras de Santiago que atienden el Convento, que se lo vaya quitando de la cabeza, porque tendrá que vérselas conmigo, Ursus redivivo, interponiéndome, como el gigantón de Ben Hur, entre las monjas y novicias y las fieras famélicas. Aunque sea capaz de reunir a un elenco de leones suficiente. No tendré en cuenta que las Comendadoras hayan subido la docena de magdalenas, un euro, no sé si con motivo de la Semana Santa o al calor del nombramiento del nuevo Papa. Me olvidaré de que el kilo de roscos fritos lo han puesto a 15 euros. Y de que las humildes flores de sartén cuesten más que un ramo de gladiolos. Pese a todo a estas monjas, mientras a mí me quede aliento, no me las come un león desubicado, porque mientras que sigan haciendo las empanadillas de batata o de cabello de ángel y los borrachillos, confeccionados con una receta de una religiosa de la Alpujarra que la recibió en herencia de su tía María, ellas son tan sagradas como las fallas valencianas indultada por la presión de la comunidad hinduista local que no veía bien que ardieran sus deidades.

8 comentarios:

  1. En la practica, no serian tantos, ni cristianos ni leones,los necesarios.Como decía mi madre "con tanto tiempo, como no te van a salir ricos los dulces".

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  2. Mariola, bueno, si hay una sincronización seria de leones y cristianos a lo mejor cada cristiano tendría su león y cada león su cristiano. Gracias amiga.

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  3. Gracias a ti, siempre.Don Pablo.

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  4. Pablo, yo, sin ánimo de ofender, por el cabello de ángel mato.

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  5. Me sumo a tu ejército dispuesto a merendar leones, si llegara el caso, en defensa de los "borrachillos" y lo que gusten el resto de gladiadores.

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  6. Eso de "cristianos a los leones" me suena a cutre y trasnochado, ni siquiera el ilustrado "aplastad al infame" volteriano me parece moderno; después del nazismo y el actual islamismo radical, los cristianos me parecen hermanitas de la caridad, que no respresentan peligo alguno para la sociedad, y si las monjitas se dedican a los frutos de sarten y otras exqusiteces, hay que conservarlas a toda costa. Creo que los cristianos de hoy son un patrimonio de la clase media y la clase media es un lujo que la nueva sociedad capitalista ya no se opuede permitir y tiende a desaparece. Pablo, haces muy bien en defender a las monjitas; como diría Mchado: ¡son tan bonitas!
    Un abrazo, Bartolomé

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  7. Bartolomé , de siempre les he tenido afición a las monjas. Las saludo por la calle, las llamo 'madres', y dejo que me cuenten, cuando ellas lo ven bien, su resquemor para con los varones eclesiales, a los que les hacen las faenas domésticas mientras que ellos van por ahí a darse importancia. Gracias, amigo.

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