Arrabal, en Salamanca
Llevamos, relativamente, poco tiempo hablando. De 25.000 a 50.000 años. Vivimos todavía en el asombro por la Palabra. En el principio fue el Verbo y el Verbo no era Dios, con la Palabra creamos a Dios para suplantarlo, le robamos su silencio y comenzamos a hablar en su nombre: fue el comienzo de la gran impostura, y el Verbo terminó en manos de los ventrílocuos de Dios. Las palabras, como sucede en leyendas remotísimas, también sirvieron para parar en ocasiones la furia de la espada y el cuchillo. Sherezade, en Las Mil y Una Noches, consiguió mantener la cimitarra del verdugo lejos de su cuello, gracias a las palabras que salían de su garganta. Con la escritura, nacieron las palabras de pago. Sacerdotes, escritores, juristas, comentaristas, críticos textuales, maestros, blogueros, filólogos, rabinos, interpretes de las suras y aleyas del Coran, sabios, todos viven, o nutren sus egos, de las ofrendas que los fieles ofrecen en el altar de las palabras. Si dios, sea el que sea, escribe derecho con renglones torcidos, hace falta alguien que enderece los renglones de Dios. La poesía ha heredado de los libros sagrados el aura del milagro y su tensión evangelizadora. Con la palabra como instrumento, los poetas buscan sin descanso el secreto de la vida para ofrecérnoslo como prenda de salvación. Y, como es natural, también quieren cobrar por este servicio.
Los periódicos informan de que El Festival Internacional de Poesía de Granada llenará las calles de la capital con versos estampados en los cristales de los autobuses urbanos y con el envío de cerca de 100.000 postales con un poema a los buzones de los domicilios. Este sistema es menos invasor y agresivo que el atrezzo que la Semana Santa instala en las ciudades y puede ser eficaz.
Ensayando
Porque los recitales de poesía llevan años congregando pocos fieles. Un imaginativo vate local, y también hermano mayor de una cofradía, ha sugerido la fusión de las Hermandades de Semana Santa (al borde del cisma porque el Arzobispo Martínez les acaba de imponer en un audaz golpe de mano al presidente de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Granada), con la organización del Festival Internacional de Poesía. El hombre propone que en los desfiles procesionales de la Semana Santa del 2011, se alterne un paso de penitencia con unas andas con poeta provisto de micro y altavoces. Se aprovecha la carrera oficial y las sillas. Y los poemas que se vayan recitando, los reparten los cofrades, o grupos de poetas coronados de laurel, junto con una estampa del titular de cada Cofradía. Poesía apasionada o Pasión rimada. Todos salen ganando. Y no hay por qué sobrecoger a los pasajeros de los autobuses con la belleza de los versos pegados a los cristales ni aburrir a los que prefieran mirar a la calle.
¡ Y yo que siempre había creído que los ventrílocuos de Dios eran los profetas, a nivel literario y los sacerdotes, en el campo de la religión de calle !!!!!!!!!!!!!!!!. Si es que aunque yo no he sido "bendecida" por la LOGSE, a veces tengo "ramalazos"
ResponderEliminarAdriana, yo solté ahí la palabra 'ventríloquo' sin mucha reflexión, un poco en plan de escritura automática. Y no le ha venido mal la ubicación, porque remite a su etimología 'hablar con el vientre', y eso es más o menos lo que hacen todos los intermediarios llenar el vientre gracias a las palabras de otros, como decía tu abuela María, "es su comer".
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