Lo que el viento se llevó
Después de los ajustes propuestos por el Gobierno hay que empezar a no tirar el pan. No sabemos cuándo tendremos que rebuscar en los yacimientos de pan duro. El título del libro de José Luis Pardo, Nunca fue tan hermosa la basura , parece premonitorio.
No veo yo los tiempos para bromas, aunque celebro que don Pablo sí se lo tome con esa calma de sportman. Yo me miro al espejo y me pafece que estoy viendo al gran Gatsby, pero en gordo cervecero.
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Querido Gorrilla, uno es cada vez más de su infancia. La mía muy cercana a la guerra civil, está llena de los relatos de mi madre. Mi madre era tan buena narradora, a parte de una de las personas más inteligentes que he conocido, que nos contó "Lo que el viento se llevó" a sus siete hijos varones, que tenía entonces, en asamblea narrativa y lo hizo con tanta precisión y colorido que cuando vimos a Escarlata diciendo eso de "Juro...", nos pareció una escena sin vida. Nos decía que en la Guerra la gente se moría de risa. Que la familia, a falta de comida y entretenimientos, se divertía muchísimo con la tontería más insignificante. Era una manera de alejar el miedo y de acallar, dentro de lo posible, el hambre. Mi madre se tomaba la vida tan en serio que casi siempre hablaba en broma. De ella aprendí a no ponerme estupendo nada más que cuando juego a los bolos con mi nieta. No soporta que le gane y yo, para educarla, procuro ganarle seriamente siempre que puedo.
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