San Juan ardiendo
San Juan de la Cruz desconfiaba de casi todo el mundo. Y con razón: fue excomulgado, encarcelado y, al final de sus días, casi deportado a Méjico, por sus propios hermanos de religión. Casi, sí, porque la muerte se adelantó a los designios de sus superiores, que querían que se diera una vuelta por el Nuevo Mundo, y le extendió, compasiva, el último pasaporte. Juan de la Cruz escribe al mismo tiempo que La noche oscura una obrita muy interesante, Cautelas, en la que habla de los demonios que nunca faltan en los conventos, “que procuran derribar a los santos, y Dios lo permite para ejercitarlos y probarlos”. En La noche oscura refleja su desconfianza: hasta 15 expresiones cautelares preceden a la estrofa final del poema:
Quédeme y olvidéme
el rostro recliné sobre el Amado:
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
Cautelas
Cautelas
Para poder reclinar su rostro sobre el Amado, el Alma ha tenido que ampararse en una noche oscura, salir sin ser notada, estando ya su casa sosegada, a oscuras y segura, por la secreta escala, disfrazada a oscuras y en celada, estando su casa sosegada, en secreto que nadie la veía, ni ella miraba cosa, donde la esperaba quien ella bien se sabía, en parte donde nadie parecía.
Espárragos de amor vivos
Todavía hay gente que mira mal a San Juan: el escultor pirómano de la estatua y el bloguero desalmado que lo retrató con un manojo de espárragos en las manos. ¡Cómo para no ser cauteloso!
Si es que la cultura no es buena para sufrir con resignación los "dardos de la cruel e insultante fortuna" a " nivel de ataques divinos". No hay que más comparar el fair play de Job ante las continuas jugarretas divinas y la actitud moderadamente beligerante de San Juan de la Cruz.
ResponderEliminarEs que el caso de Job es de Guinness, "a nivel de aguantar divinas putadas".
ResponderEliminar"¡Esas esculturas granadinas! ¿Que son compradas en los chinos? Deberia saber el escultor que el fuego no se puede representar en una escultura y para eso se utilizan simbolos o metaforas."
ResponderEliminarLo que yo intuía, el escultor, un incompetente. Y el fotógrafo de los espárragos, un desocupado.
ResponderEliminarA mí lo que me preocupa es el destino de los espárragos. ¿Serán consumidos en 'esparragá'? ¿Serán cocinados con huevos revueltos? ¿En tortilla? o ¿Serán el lecho de una burbuja ferranadriana de merluza en tempura?
ResponderEliminarY el pobre espárrago pensará:
Quedéme y olvidéme,
la punta recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre los huevos revueltos olvidado.
No es baladí el salto conceptual que planteas en tu excelente glosa de los versos de San Juan de la Cruz, En "La noche" la voz poética es femenina, el Alma, en tu glosa, masculina, el espárrago. Echas por tierra las últimas teorías de la Sociología de la Literatura que imaginan una homosexualidad latente en el poeta manifestada por esta asunción del polo femenino en la relación con el Amado.
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