miércoles, 12 de octubre de 2016

La Hispanidad de un tomate

El campesino, dueño del chambao de la foto, es razonablemente feliz, pese a que tiene 86 años y que acude todos los días a labrar los marjales donde cría los tomates. Cuando maduran los vende a los viajeros que suben a Sierra Nevada por la carretera de El Purche, en Granada. Ha tenido el buen gusto de preferir una expresión antigua “Se vende tomates” a la actual “Se venden tomates” para su tosco anuncio y el sentido común suficiente como para que la bandera de España que preside su actividad, no sea mayor que el tomate más gordo de su cosecha.
El tomate más gordo
No le pide a la patria demasiadas cosas, para que la patria no se ponga exigente con él. La patria le ha pagado el sonotone que alivia su sordera y le ha concedido las becas que han permitido que sus dos hijas terminen sus carreras universitarias. Él hizo el servicio militar en su momento y le viene pagando, a la patria, sus impuestos. 900 metros más abajo, el Ayuntamiento de su pueblo también izó este verano una enseña roja y amarilla, con más varas de tela que metros cuadrados mide el término municipal, a modo de para-desgracias y atrapa-glorias nacionales.
Bandera atrapa-glorias nacionales
No consta en ningún sitio que el pueblo, o Consistorio, hayan prestado a la patria más servicios que el campesino de los tomates. Casi kennediano parece nuestro hombre. ¿No fue el presidente Kennedy el que pidió a sus compatriotas que no estuvieran todo el día pidiéndole cosas al país de uno, que también pensaran en darle algo de vez en cuando?

5 comentarios:

  1. Dar y recibir son ahora conceptos tan virtuales como el de patria.

    Gracias y saludos.

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  2. Nos hemos cargado el Derecho Romanos: "Los contratos innominados, esto es, sin nombre especial, se caracterizaban en la antigua Roma del siguiente modo: "do ut des" (te doy para que me des); "do ut facias" (te doy para que me hagas); "facio ut des" (te hago para que me des), y "facio ut facias" (te hago para que me hagas)".
    (Fuente: ORGAZ, Arturo, Diccionario de Derecho y Ciencias Sociales, Ed. Assandri, Córdoba, 1961, p. 129).

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  3. “El único que cambia de verdad la faz del planeta es el que ara modestamente el terruño.”
    (Ramón Gómez de la Serna)

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    1. Ramón, ¡que inteligencia! Gracias, Mark de Zabaleta. Saludos

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  4. Tuvo suerte el hombre en sus tiempos! Ahora sus hijas tendrian que ponerse a servir, como decian antes.
    Listo es el, que vende su cosecha directamente a los turistas!
    Un abrazo

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