Receta del pollo primaveral
Los moteros solemos consultar más a nuestros mecánicos que a nuestros abogados. Si fuéramos princesas o infantas o miembros de alguna trama de extracción de dinero público para comprar yates y colonias, pues sí, necesitaríamos de un buen despacho de abogados, con buenos profesionales. Pero a los moteros nos basta con disponer de mecánicos de confianza que nos tengan las máquinas a punto. Los míos tienen nombres, como quería Cervantes, “músicos y peregrinos y significativos”. “El Zurbi”, me está resolviendo los problemas eléctricos de mi Virago 250 y “El pollo moto”, los problemas de circulación de líquidos y fluidos de la máquina. No conozco nombre de taller motero más eufónico que el de “Pollo moto”. En su honor, y en agradecimiento a cómo me dejó de limpio y transitable, en lo tocante a los fluidos, mi carburador, traigo hoy aquí, a mi blog, el poema más irónico y disruptivo del Romanticismo, obra de una poeta inteligente y descreída -¡cómo me gustan las poetas cuando ironizan!-, que acoge en su título la palabra “pollo”. Y como pórtico del homenaje a mis mecánicos y a una de mis poetas favoritas, os ofrezco la receta del “Pollo primaveral”, sacada del libro “Recetas de la Cocina Granadina (2004). Disfrutadlos.
A UN POLLO MUY ROMÁNTICO
(Patrocinio de Biedma, Bejígar –Jaén-, 1848 - Cádiz, 1927)
¡Cesa ya, por favor! ¡estoy cansada
del lúgubre clamor de tus lamentos!
no me hables más de amor, te lo suplico,
deja ya en paz al pobre niño ciego.
Cálmese tu romántica manía;
no sueñes con suicidios ni venenos;
mira que yo soy débil y nerviosa
y oyendo esos horrores tengo miedo.
No me hables de los bosques y las auras,
de un edén en el fondo del desierto;
no me gustan los bosques... son muy fríos
y tengo yo muy delicado el pecho.
Vuelve ya a la. razón: ¿no es preferible
en las glaciales noches del invierno
el templado calor de mis alfombras
al campo tapizado con el hielo?
¿No es más bella mi alegre chimenea
do brilla siempre un abundante fuego
que la cabaña tétrica y mezquina
que transforma en edén tu pensamiento?
¿No tienen más cadencia y armonía
de mi piano los acordes ecos
que no el silbido con que ronco brama
en la montaña el huracán violento?
¿No valen más mis plácidas veladas
do entre amigos fugaz resbala el tiempo
que no la triste soledad contigo
en que siglos se hicieran los momentos?
No me digas qué versos te diría;
¡calla, por Dios, o cesaré de hacerlos!
¡si hasta las musas huyen asustadas
oyendo tus románticos excesos!
Cese tu empeño ya: no hay esperanza;
yo no quiero un amor de caramelo;
yo quiero un alma que se exhale en llamas;
yo quiero un corazón todo de fuego.
No me gustan idilios pastoriles;
no me gustan cabañas ni desiertos;
no me gustan los bosques; son muy fríos
y tengo yo muy delicado el pecho.
De motos no sé nada, pero de amor y recetas algo sé (la poesía me ayudó a ello), así que seguiré practicando el amor incluso aunque me lo prohiban y cocinaré ese pollo granadino que no dudo es pura poesía.
ResponderEliminarGraacias y saludos.
Independiente, ¿nunca has conducido, ni iquiera una vespa? Gracias.Un saludo cordial.
EliminarSiempre genial...
ResponderEliminarMark, generosísimo, como siempre. Un saludo cordial y gracias.
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