La Reconquista de Granada
AL ver al alcalde de Granada y a su señora flanqueando en el Teatro Isabel la Católica a Isabel y Fernando la noche de la presentación oficial de la segunda temporada de la serie 'Isabel', los simpatizantes populares que durante tantos años sufrieron el yugo iconoclasta y redistributivo -sobre todo, pro domo sua- del socialismo, pudieron muy bien pensar que una nueva reconquista había tenido lugar, después de una tan larga etapa de mistificación y deslegitimación de las esencias granadinas. Los actores que dieron vida a los Reyes hicieron lo posible para que nos diéramos cuenta -por si ya no lo habíamos percibido suficientemente en la serie- de que ellos eran personas muy distintas de las que se vieron obligados a representar para ganarse el pan y la fama. El chico, sin corbata, ni clámide, aparecía muy espontáneo y sonriente y la chica, para que supiéramos que ella sí se lava, lució un vestido ligero que dejaba ver unas carnes muy blanquitas y muy limpias. La Orden Plúmbea, congregación que guarda, esparce y deconstruye las esencias granadinas por internet, se permitió hacer 193 comentarios sobre el estreno. Un hermano plúmbeo opinó: "Si la historia reciente es una pura falsedad (hay quienes ponen en duda hasta el horror del Holocausto), ya me dirán qué tendrá de verdad la de hace 500 años y menos si la cuenta TVE". El debate sobre la calidad de la serie inglesa Los Tudor frente a la pobreza de ésta española fue apasionante. Un amargado, expelió el siguiente "peo de lumbre" o vacilada:"El rodaje de esta serie en Granada genera trabajo, como el día de la Patrona, por tanto es algo bueno (para el Ayuntamiento de Barcelona, el rodaje es malo. Y ha negado el permiso para grabar un capítulo de 'Isabel' en un museo barcelonés por "la difusa línea entre la realidad y ficción" de la serie. Cuando son ellos los que fantasean sobre las leyendas catalanas del origen, se muestran menos rigurosos). Las centrales nucleares, incluso las de Japón, generan riqueza y puestos de trabajo, son por tanto buenas. Las industrias contaminantes del Polo de desarrollo de Huelva, pese a ponerlo todo perdido, son buenas: generan puestos de trabajo. La Alhambra, que le importa "tres pollas" a muchos nativos, pese a ser un hito del confort y de la 'cultura' de los árabes ricos, en la Edad Media, con más retretes y baños que el palacio de Versalles y con todo el Corán primorosamente repartido por los yesos del complejo, es buena porque genera pasta y puestos de trabajo y es apetecible para la Junta y el Ayuntamiento. Se trata de su comer. Pero no inflemos demasiado los perros por el culo con el aire de estas hazañas bélicas que luego cuando las exportamos al extranjero, nos las pinchan". Y, tras este parlamento, se quedó tan tranquilo el hermanico plúmbeo.
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