Romance de Abdelazis . De Agustín de Foxá. Apareció en el Diario "Patria" de Granada, el 17 de julio de 1938.
No llores, Abdelazis;
no llores, que vas a España.
Que el fusil te lo da Franco
y en el fusil, su palabra;
y está el jardín del profeta
al otro lado del agua.
-Ya están girando las hélices,
ya en el avión te embarcas,
ya vuela sobre las nubes
la flor morena del África.
-¿De quién son esos tejados
y esta huerta regalada?
-Esos tejados, buen moro,
son la ciudad de Granada.
Sus ojos mirando al suelo
se le llenaban de lágrimas.
Los Regulares de Ceuta
llevaban pardas chilabas.
-¿Dónde está Córdoba, amigo?
¡Mi Córdoba entre naranjas!
-Los rojos la están cercando,
casi la tienen ganada.
¿Por qué no vuela este pájaro?
¿Por qué no mueve las alas?
(Bajo los roncos motores
sonaban tenues campanas).
Que llegan a Sevilla,
jazmín y remo, en el agua
barcos del Guadalquivir,
el limonar del Alcázar
y en los turbantes, la sombra
antigua de
¡Harás el té en las trincheras,
Abdelazis, por España?
Platerillo de Tetuán,
babuchero de sus plazas,
el que vendió las ajorcas
desde Arcilla y Casablanca
y en Fez, no estudió el Korán
porque pertenece a Francia.
Sé que caerás una noche
y Alá sabe en qué batalla.
No sé si será en Toledo
o en Oviedo la cercada
o te helará con la luna
Pero sé que está tu sangre,
defendiendo a mis campanas,
mis libros de El Escorial
y mis custodias labradas.
Que el otro lado del monte
los hombres sin Dios te aguardan,
con tanques de oro judío
y cien banderas de Asia.
Si mueres, Abdelazis,
sobre los surcos de España,
no el Zoco-Chico de Tánger
celebrará tus hazañas
ni el domador de serpientes
cantará sólo tu fama.
Los poetas de Castilla
te dirán con lengua brava:
"También tiene tu lucero.
Español de piel tostada".
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